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Dos libros excepcionales de Fernando Arrabal


EL PAIS a 10 de julio de 2007
Fernando Arrabal con sus dos últimos libros.Foto:DAVID CASTRO

Arrabal es un artista y no un loco
El escritor Fernando Arrabal publica dos libros la novela 'Como un paraíso de locos' y el « Diccionario pánico »


Su Teatro completo ocupa más de 4.000 páginas, repartidas en dos volúmenes. Sus ensayos, poemarios y diccionarios suman centenares de libros. Fernando Arrabal (Melilla, 1932) es uno de los escritores más sorprendentes de su tiempo. Un genio según la crítica internacional.
"He luchado mas que por la concisión, por la exactitud". Bajo el sol de mediodía, vestido de negro con una pajarita sin anudar, habla brillantemente de su infancia, de Hölderlin, de física cuántica y de su nueva novela, Como un paraíso de locos (Bruguera). Y de otro libro que tiene de estreno, Diccionario Pánico (Libros del Innombrable). "Son mellizos, no gemelos porque no son iguales , no vienen del mismo huevo". En España cuenta miles de admiradores ; luego vienen "los extranjeros, los goliats y los liliputienses". Este verano tiene preparado un "cónclave" con Houellebecq y Kundera en Burgos, cerca del lugar donde desapareció su padre durante la guerra. Un poeta leñador ha encontrado con su motosierra un "pino roble".
Pregunta. ¿Por qué piensa que tiene tantos seguidores aquí?
Respuesta. No quiero caer en la demagogia victimista habitual. El antiguo régimen prohibió toda mi obra, aunque yo he sido el menos político. Siempre he estado desconectado de todos los partidos políticos. Cuando llegué a París, estuve en contacto con el grupo surrealista, no con gente política. Aún así, no creo que haya la menor traza de surrealismo en mi obra. Hablo más de ajedrez, de matemáticas o de biología molecular.
P. En la novela dice que quiere hilvanar la biología con la filosofía, la generosidad con la ciencia...
R. Lo que prima es la generosidad. Ahora los premios, como dicen los franceses, se me caen de la nariz. Me llueven. Logicamente a los treinta años escribía exactamente lo mismo y no recibía ninguno. Los acepto sin problemas, pero el único que me interesaría sería llegar a ser un santo pagano. Me aseguran que sólo me quedan dos o tres por ganar. La buena acogida del público en general y la mala de algunos colegas y críticos, creo que se debe a los dos o tres cascabeles que me quedan por recibir. Afirman que soy un autor culto. No sé lo que quieren decir. Más daño que bien me haría recibir ciertos galardones por la indigestión y la impaciencia que produciría entre los que me siguen.
P. El narrador se dirige al "amado lector". ¿Adora usted a sus lectores?
R. El narrador de mi novela conversa con sus miles de corresponsales. Gente que imagina escribiéndole. Yo contesto a la mayoría de las cartas. Recibo también fascinantes faxes y emilios por centenares. Muchas de mis escritos se los debo a ellos. Cómo no llamarles queridos y adorados. Son tan importantes en mi vida...
P. ¿Comparte con el protagonista de esta historia el placer de sentirse distinto a los demás?
R. Yo, como él, siempre he intentado ser como los demás. Desde que gané el concurso de superdotados a los 10 años. Tratar de provocar es una estupidez. Como lo sería el afirmar 'voy a ligar con esa joven' o ‘voy a ganar a la lotería’.
P. El personaje de la novela también es superdotado. ¿Qué les diferencia?
R. Yo soy artista y no estoy loco. El concurso que gané era una tentativa del antiguo régimen por crear el superhombre. Más proximo al ideario nazi que al de Nietszche. Mis amigos Louis Bourgeois o Milan Kundera no lo hubieran ganado. Fue un concurso bastante tosco. A los que me dieron este título los consideré como aliados de los que condenaron a muerte a mi padre. Yo era superdotado para estas personas despreciables; menudo trofeo..
P. ¿Cómo le afectó?
R. Me dijeron que me dedicara a las matemáticas y lo rechacé. Al final, llegué a ellas a los 22 años, un poco tarde. Lo que ha marcado mi obra ha sido la desaparición de mi padre. Es como la instalación de la mecánica cuántica en vida: la ambigüedad, el principio de la indeterminación. Esta teoría física se presentó a mí celebrando ya la ceremonia de la confusión. . ¿Cómo pudo desaparecer mi padre? La Pasionaria, que no era una dechado de perspicacia , me dijo en el año 1974 en Moscú que Franco le había eliminado con un tiro en la nuca.

«Sólo escucho lo que no oigo»




Fernando Arrabal Foto :LIS
«Sólo escucho lo que no oigo»

Los dos libros incomparables de Fernando Arrabal
EL MUNDO a 4 de julio de 2007, por Quico Alsedo

FERNANDO ARRABAL / Dramaturgo El maestro del teatro pánico, el autor más representados del mundo, mpublica un extraordinario DICCIONARIO PANICO (Libros del Innombrable) y una novela apasionante («COMO UN PARAISO DE LOCOS », Ed . Bruguera)… y repasa su rico imaginario en una patafísica entrevista MADRID.- El sátrapa Fernando Arrabal ya tiene sagradas escrituras. Se titula Diccionario pánico, pero no le entre el ídem (en demasía) al lector: la laberíntica anarquía arrabalesca viene, esta vez, ordenada alfabéticamente.
Desde Abandono («Final de partida, según Beckett») a Volar («Vuelo con la lengua»), se contienen aquí 40 años y 400 páginas de arquitectura lingüística y ajedrez verbal del maestro patafísico, que le sonríe retador al lector, con gafas de psicodélicos colores y cara de duende gamberro, desde la misma portada del voluminoso volumen.
Se trata en fin de una reedición ampliada del alucinado universo de Fernando Arrabal, quien entiende la literatura como ciencia y que ha enriquecido el diccionario con 50 páginas de propina repletas de sus Jaculatorias y eyaculaciones. Un libro que es, en definitiva, una versión maximizada y más profunda de las anarcopáginas que Arrabal publica cada domingo en este mismo diario.
Pero, ¿qué fue antes? ¿El huevo o la gallina? ¿Creo Arrabal su diccionario, o fue al revés?
- Soy su preso. A esta pregunta capital Borges respondió con un soneto que concluye así: «Dios mueve al jugador y éste, la pieza. ¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza, de polvo y tiempo y sueño y agonía?».
Además, Arrabal está de doble estreno, porque Burguera publica en estos días su novela Como un paraíso de locos, una suerte de memoria de su generación protagonizada por un niño superdotado (como fue Arrabal), que termina en personal elogio de la locura
Me puse en contacto con el autor para una entrevista que fue, no podía ser de otra manera, patafísica (que no absurda). Aquí se transcriben alguno de sus pasajes:
Pregunta.- ¿Debe sentir el lector pánico al enfrentarse a la lectura de este diccionario?
Respuesta.- Como a Wittgenstein hasta el artículo de su muerte o al Creador desde el vehículo del tohu bohu (alias big bang), al hombre pánico la confusión tanto le arrebata con arrobo (incluso en el arrabal), que no le crea obligaciones. O si se las crea, son tan divertidas que pasan inadvertidas. Sucede que el cíclope ciego se distingue mal del tuerto.
P.- ¿Cuánto tiempo le ha llevado a Fernando Arrabal la confección de este diccionario?
R.- Ni siquiera he corregido galeradas. Como galeote, este trajín, tajo y paliza los asumió el poeta Herrero [Raúl Herrero, el editor] desde su galera y galería. Creo que con él podría jurar que nací normal. Y yo tampoco.
P.- ¿Cuanto hay de diario y cuánto de memoria?
R.- No mucho: todo.
P.- ¿Cuánto, por ejemplo, de alegato político?
R.- Nada. Como la política me despista o me aburre, no consigo interesarme a sus pistas y pestes en el día a día. Por eso me sorprendió la acogida de mi Carta a Franco en vida del dictador. Pero más aún la de mi defensa de la desamortización en mi Carta al Rey. Parece ser que tirios y troyanos llevan a cabo esta privatización con el aplauso y triunfo de la Bolsa: catedral e iglú que celebra el milagro de hacer del dinero dinero. Las poluciones nocturnas del nuevo rico al despertarse, ¿son cubitos de hielo entre las sábanas?
P.- ¿A qué entrada le tiene más cariño Fernando Arrabal?
R.- A los dibujos que hice de las letras del abecedario [cada letra se inicia con una pintura realizada por él]. No olvido que no sólo soy un ajedrecista frustrado, sino un pintor fracasado. Sólo escucho lo que no oigo.
P.- ¿Qué entrada cree que debería estar en el diccionario de la Real Academia?
R.- No parece que se puedan establecer vasos comunicantes (con visos de comunión) entre ambos sin que perdamos nuestras identidades al alimón. Que un camello pase por el ojo de una aguja es menos infrecuente que encontrar al camellero que trató de hacerlo.
P.- ¿Qué parte del diccionario es pánica y cuál patafísica?
R.- El hombre pánico, e incluso su pene, observa con pena el eterno triunfo de la confusión. En el Colegio de Patafisica se define el omnipresente universo de las excepciones. El filistino busca un espejo que le cambie su conformista faz por una cara patafísica. Que sólo puede ser dura.
P.- ¿De qué idioma (de los conocidos) está cerca el arrabalesco?
R.- La comparación de idiomas quizás sea más trascendente que la literatura comparada que eligió enseñar (hasta el ensañamiento) Vladimir Nabokov. Probablemente únicamente con la glosolalia y su don de lenguas alcanzaríamos la gloriosa y pánica (pan=todo) omnisciencia que el creyente atribuye al Espíritu Santo. Por cierto, como el terrorista suele aprender tarde su lengua vernácula, para que comprendan sus jefes que tienen que hablarle con mucho acento.

Como un paraíso de locos

Como un paraíso de locos (Ed. Bruguera) y Diccionario Pánico (Libros del Innombrable) de Arrabal
Por Raúl Herrero
(Fotografía tomada de la web Campus Digital de Murcia)

La semana pasada Fernando Arrabal presentó en televisiones, radios y prensa sobre todo su nueva novela Como un paraíso de locos (Bruguera). Aunque también hubo tiempo para mostrar a su mellizo Diccionario Pánico (Libros del Innombrable). De entre todo lo aparecido en prensa realizamos la siguiente selección en homenaje al genial Arrabal y sus nuevas criaturas.
Fernando Arrabal (Melilla, 1932)… Ha luchado contra la concisión, busca la exactitud … Este verano tiene preparado un "cónclave" con Houellebecq y Kundera en Burgos, cerca del lugar donde desapareció su padre durante de la guerra. …El antiguo régimen prohibió toda mi obra, aunque yo he sido el menos político… : Andrea Aguilar. EL PAIS
Cuando los profesores aconsejaron que aquel chico de mente superdotada desarrollaría todo su potencial estudiando Ciencias Exactas, el niño se rebeló ante los que consideraba que eran los cómplices de los jueces que habían condenado a muerte a su padre… ‘Puse una variada serie de barreras de humo para poder guardar mi libertad, por lo que es difícil saber cual es el verdadero Arrabal'. En todo caso, en la televisión francesa lo definió un director de programa al decir a sus colaboradores: ‘Cuidado con Arrabal, porque es incontrolable’ … :
Al contrario que en cualquier entrevista, que suele comenzar con una pregunta, ésta arranca con una afirmación del entrevistado. Con Fernando Arrabal, ya saben, casi todo es posible. Así que él rompe el hielo y habla de sus dos libros: «¡He tenido mellizos!».-Se refiere a «Como un paraíso de locos y el «Diccionario Pánico», que, supongo, será amplio...-Es una maravilla, pero no he elegido nada... Ha sido el editor.-¿Cuánto hay de usted en este protagonista y cuánto de ficción?-Él es lo que yo hubiera sido de no haber sobrepasado el trauma del Premio de Superdotados. Pero él no hace demagogia victimista y no la voy a hacer yo. Tenemos mucho en común. Pero yo a los 42 años dejé de ser casto y fui padre.-Es una obra didáctica: habla de filosofía, matemáticas, biología...¿por qué me voy a limitar?: Entrevista Siempre deseé ser igual a los demás por Miguel Ayanz. La razón .
Es el escritor que más influencia ha tenido cada vez que ha hablado de política. "O que han creído que hablaba de ella", matiza. En efcto todos sus colegas vivieron la dictadura franquista, pero el único que escribió, en vida del dictador, la 'Carta al general Franco', capital y determinante, fue él, el menos político" : TiraMillas.

dimanche

Dos libros únicos de Arrabal




Dos libros únicos de Arrabal
ENTREVISTAde Francisca Camano
Fernando Arrabal : "A este paso, seré el más rico del cementerio"
Fernando Arrabal con dos de sus libros.Foto:DAVID CASTRO
NACIDO EN MELILLA, AFRICA
Uno de los escritores mas sorprendentes de su siglo
RESIDE HACE MEDIO SIGLO EN PARÍS Y VIAJA TRIUNFALMENTE POR EL MUNDO.
A MENUDO VIENE A MADRID
ACTUALIDAD ACABA DE PUBLICAR LA NOVELA ´COMO UN PARAÍSO DE LOCOS´ Y SU «DICCIONARIO PANICO »
--¿Dónde se encuentra el paraíso de locos de su novela (segun un crítico « la mejor del milenio »)?
--Ambos libros tienen dos puntos en común: han sido realizados tecnicamente por dos poetas que admiro, Ana María Moix y Raúl Herrero.
--Siempre le han gustado las cuestiones milenaristas. ¿Cómo ve los siete años que ya llevamos en el 2000?
--Los titanes --Hitler, Stalin, Franco, Mussolini...-- que imperaron en el siglo precedente han sido sustituidos por los dioses. Ha surgido el apogeo de la ciencia que tanto me interesa.
--¿Y cómo ve el presente?
--En un momento de renacimiento , de dolor y de confusión obviamente.
--¿Por qué?
--Por únicamente poder jugar a ser dioses.
--Y usted, ¿qué soñó?
--Ser un santo civil justificaría toda la existencia.
--Pese a su afición por las matemáticas, usted acabó optando por el mundo de la literatura y no por la ciencia.
--Más bien la adopté, porque mi lengua materna no fue la ciencia sino la literatura.
--Ha recibido muchos premios y suele ser finalista del Cervantes y al Nobel...
--Me han otorgado premios divertidos y tan poco merecidos que nunca vi la necesidad de rechazarlos . El Oscar no lo recibieron los principales cineastas . Si viviera Miguel de Cervantes ganaría este trofeo Avellaneda. Es cierto que he sido en alguna ocasión finalista, por ejemplo, del Cervantes, pero algunos se opusieron diciendo que no había leido el Quijote. Creo que José Hierro que en ese caso Homero no lo hubiera merecido tampoco.
--¿Qué opinión tiene de la política?
--La política es una novela por entregas. Yo perdi demasiados capítulos. Por motivos políticos absurdamente no pude entrar en España durante un año después de muerto Franco. Me habían incluido en una especie de falange o batallón con el que no tenía nada que ver : la Pasionaria, Líster, Carrillo, y el Campesino.
--¿En qué está trabajando actualmente?
--Más de la mitad de mi tiempo la empleo en responder al correo electrónico. Recibo muchos mails incluso por mis crónica de ajedrez. Cobro derechos de autor excesivos porque mis obras se representadas en el mundo entero. A este paso, voy a ser el más rico del cementerio.
--¿Para escribir este par de libros extraordinarios consultó mucho Google o viaja mucho por el ciberespacio en su tiempo libre?
-- La red es como un supermercado o una jauría.
- Una profecía como tantas de sus previsiones que luego se cumplieron
-Pero se olvida las que fallé : la mayoría. En este momento me parece evidente que las naciones, la bolsa y el capitalismo dejarán de existir dentro de unos meses.

EUROPE PRESS



EUROPE PRESS
(Crónica publicada en 27 periódicos)

Libro del mes

La nueva obra del autor trata sobre los delirios de un genio autista
Fernando Arrabal describe en ‘Como un paraíso de locos’ un mundo donde “los lunáticos son los más cuerdos”

5 Julio 2007
Madrid (EP).- Fernando Arrabal describe en su último libro, ‘Como un paraíso de locos’(Bruguera) un mundo donde “los lunáticos son los más cuerdos”. La obra, que habla sobre los delirios de un genio autista “nace con el objetivo de convertirse en la mejor novela del milenio”.
‘Como un paraíso de locos’ trata sobre la vida de un superdotado, al que sus cuidadores tachan de loco. “Hay mucho de mí en ese personaje”, destacó Arrabal en una entrevista con Europa Press, al referirse a que él también ganó el premio de superdotados en su infancia. El protagonista está rodeado de tres personajes singulares: una muchacha de 15 años, la señora de la casa y un general, que se enamoran de él, aunque éste, no tiene ningún tipo de interés por el amor. Además, tiene dos amigos virtuales: Cero e Infinito, que le acompañan desde pequeño y que, a menudo, riñen para exponer sus diferentes teorías metafísicas.
Los tres personajes proclaman su amor por medio de poesías que el protagonista de la historia no alcanza a comprender.Intenta acercarse a la poesía desde la lógica, por lo que no entiende el significado de las emociones. “En el fondo es el más cuerdo”, indicó Arrabal al referirse a que es el único que se acerca a la vida desde la perspectiva de la razón.
‘Como un paraíso de locos’ es un retrato de lo que le hubiese sucedido a Arrabal “si no hubiese superado el trauma de haber ganado el premio de superdotado”, indicó. Para el protagonista, el golpe fue tal, que “quedó inepto para el amor” y para la comunicación. Realmente “no es un loco, es autista”, señaló el autor, quien además explicó otro punto coincidente entre autor y obra, “nunca quise ser provocador, la provocación se instaló en mí”, al igual que le sucede al protagonista.
Feliz locura
“Es un tema muy difícil de abordar”, destacó Arrabal, quien además explicó que sus fieles lectores, en su mayoría mujeres, el público general se interesa por este tipo de temáticas, dónde “la falta de apetito sexual, de fortuna y de gloria, puedan convivir en el interior de una persona que se considera feliz”, como le sucede al protagonista de la obra.
En ‘Como un paraíso de locos’ se descubren los tintes pánicos , impermeables a su incursión en el grupo surrealista de Bretón, como la presencia de hormigas y otros bichos en el subsuelo, y la incorporación de personajes virtuales. Para el autor, “todos tenemos amigos imaginarios”, de niños y de adultos.
Ilustraciones
En la portada del libro podemos ver una versión, diseñada por el propio Arrabal, del cuadro de El Bosco, ‘La piedra de la locura’. En la ilustración ‘arrabaliana’, el protagonista de la escena, a quien le quitan la piedra de la cabeza, es Arrabal. Los otros tres personajes que circundan el lienzo, son los de la novela, ataviados con vestimentas que los hacen fácilmente reconocibles.
En el interior de la obra hay un amplio abanico de ilustraciones que intentan otorgar mayor claridad al lector y hacer que texto e imagen se alimenten el uno del otro. Son dibujos pertenecientes a la psicología de la Gestalt, y otros, que contienen enigmas y fórmulas.
“He tenido mellizos”, comentó Arrabal al referirse a que al tiempo que sale a la luz este libro, se pone en venta su ‘Diccionario Pánico’, (Golpe de dados) que reúne unas de las más reconocidas facetas del genial escritor, su especial forma de definir desde los términos más habituales, hasta los más sorprendentes

Ricardo SENABRE :El libro de la semana

vendredi 3 août 2007



Libro de la semana
EL CULTURAL



Foto: Leonardo Antoniadis

Como un paraíso de locos Fernando Arrabal Bruguera. Madrid, 2007. 256 páginas. 15’50 euros
Desde hace varias décadas, ninguna obra nueva de Fernando Arrabal puede dejar indiferente. Al margen de la innegable diversidad de sus logros, ocurre que el espíritu rupturista y la capacidad imaginativa de este perpetuo escritor de vanguardia provocan siempre remolinos en las aguas habitualmente tranquilas –y, a menudo, algo tediosas por acomodaticias– de nuestro panorama literario. La cuestión no radica ahora en plantearse si las obras del escritor reflejan con precisión los rasgos de la estética propia del movimiento “pánico” que él ha contribuido decisivamente a extender, junto a otros autores, como Jodorowsky o Topor. Probablemente el estudio detenido de este aspecto revelaría no pocas coincidencias con otros movimientos de vanguardia, cada uno de los cuales tiene su propio marbete y sus características diferenciadoras. Lo importante es que en Arrabal cabe todo menos el conformismo, la supeditación a modelos preestablecidos, esperables y convencionales, los caminos trillados. Aunque sus creaciones más sonadas se encuentran en el ámbito teatral –y sean más conocidas y estimadas, dicho sea de paso, en el extranjero que en nuestro propio país–, ha cultivado todos los géneros, especialmente la novela, con creaciones tan notables y de tanta intensidad como Baal Babilonia o El entierro de la sardina. A esta modalidad narrativa pertenece Como un paraíso de locos. Pero conviene matizar inmediatamente esta afirmación, que adscribe la obra al género novelesco. No espere el lector hallar una historia más o menos interesante relatada de un modo lineal. Si así fuera, no sería de Arrabal.
La obra está compuesta por breves secuencias o unidades narrativas, casi ninguna de las cuales sobrepasa la extensión de una página, que no guardan más relación entre sí que la que les proporciona el narrador único, que va desgranando noticias, opiniones o referencias a los mismos personajes. El propio narrador se refiere irónicamente a este discurso fragmentado: “Amado lector, mi libro en vez de dividirlo en capítulos lo habría podido fraccionar en mensajes de Internet, en partes, en actos, o en crisis. Mi decisión ha sido la más justa. Capítulos, pero sin numerarlos (lo cual es esencial)” (p. 217). El lector puede preguntarse por qué esa decisión de no numerar los capítulos es tan esencial y forjarse toda una teoría acerca de la ruptura de la linealidad y del tiempo narrativo, o bien -lo que no sería del todo disparatado- tomarlo como una muestra humorística, como una broma más del autor, de las muchas que Arrabal disemina por el texto, a menudo servidas por aseveraciones en apariencia trascendentes.
Porque el humor es en las páginas de Arrabal, e incluso en sus incursiones cinematográficas, un ingrediente sin cuya consideración sus creaciones no serían enteramente comprensibles.El discurso entero, que no renuncia al uso de asociaciones insólitas que caracterizan al vanguardista de siempre, es un largo soliloquio que posee algunos rasgos de la autobiografía (hay coincidencias deliberadas entre el narrador y el autor, empezando por la fecha de nacimiento de ambos, subrayada de forma distinta en varias ocasiones) pero que, por su falta de vertebración cronológica, se acerca más al autorretrato pretendidamente veraz, como el narrador apunta: “Cuando termine este libro y ya sea un escritor contaré historias sin tener que vivirlas” (p. 170). Pero tampoco se trataría de un autorretrato convencional o fidedigno del escritor Fernando Arrabal –si bien la identificación está sugerida desde la misma ilustración de portada, comentada con detalle en la primera página de la novela–, sino más bien de una proyección imaginativa de algunos de sus aspectos posibles; de lo que Arrabal podría haber sido, o ha sido sólo en parte, a la manera de la figura de los “yos ex futuros” acuñada por Unamuno: un conjunto de posibilidades existenciales que no llegaron a realizarse, pero que continúan operantes, incrustadas en el itinerario biográfico, irrenunciables como proyectos abortados o aplazados, adheridas a la personalidad del sujeto y condicionando cada uno de sus actos. En esta recopilación de datos y evocaciones se filtran algunos que, atribuidos al narrador, corresponden, en efecto, a la realidad biográfica del autor, como el triunfo a los doce años en un concurso infantil de superdotados.
Otros aparecen de modo elusivo, como sucede con “la Inclusa” o “la Escuela Ortogénica” –lugares en que transcurren los años de formación del sujeto de la historia–, o bien con personajes sólo imaginarios, meras representaciones de facetas del narrador, como sus fieles acompañantes “Cero” e “Infinito”. A ningún lector de Arrabal le sorprenderá la libertad de algunas secuencias, que abandonan todo atisbo narrativo para incorporar elementos oníricos, dibujos –como el ingenioso de Boeing, p. 34–, problemas lógicos o aritméticos –pp. 71, 86–, laberintos –p. 241–, múltiples noticias sobre las costumbres de ciertos insectos –rasgo típico de muchos vanguardistas, que llega hasta novelistas más cercanos en el tiempo, como Javier Tomeo– y excursos reflexivos encadenados mediante anáforas retóricas (pp. 33, 85, 88, 190, 210, etc.), algunos con tintes poemáticos: “Cuando en la Inclusa el maestro no ponía la tiza en su caja mi vida estaba amenazada [...] Cuando en la Inclusa la limpiadora quitaba la funda blanca del almohadón mi vida estaba amenazada [...] Cuando en la Inclusa el administrador suprimía la sopa de la noche en el refectorio mi vida estaba amenazada...” (p. 200). De todo el conjunto, que tiene mucho de heteróclito, se desprende el perfil de un personaje fuera de lo común, cuyos mecanismos mentales y cuya sensibilidad lo apartan de la sociedad hasta convertirlo en un ser marginal, casi en un autista (“en la Inclusa yo era el infinito y también el cero.
Los demás eran números [...] Yo era infinito y cero pero nadie lo sabía”, p. 137). He aquí, en este sentido, una secuencia tan breve como reveladora: “Aquella noche, metido en el frasco, sólo vi las gigantescas manos del doctor de la Inclusa que cerraban la tapadera con fuerza. Luego puso un letrero sobre el tarro y me colocó en uno de los estantes del botiquín de la Inclusa al lado de una concha” (p. 219). Una de las aspiraciones de este ser singularísimo es convertirse con los años en un sujeto “normal” para entender el mundo que lo rodea y sus gentes, movidas casi siempre por propósitos incomprensibles, como en los casos de Lilibeth, su madre y el General. La literatura, la confesión que se propone ser más fiel a lo imaginado y lo soñado que a la verdad histórica, es una vía posible para alcanzar ese conocimiento. Hay aquí todavía mucho del Arrabal libérrimo en estado puro.


Ricardo SENABRE

A vueltas con la locura y el autismoDos de los conceptos clave de Como un paraíso de locos son “locura” y “autismo”. En su extraordinario Diccionario pánico (Libros del Innombrable, 2007), Arrabal ofrece tres acepciones de la palabra “loco”: “1. ¡Cómo me atrae lo locamente pavoroso! (Platón dijo que Diógenes era un “Sócrates loco.2. Cada loco con su mema... y con su lema.3. Se volvió loco en el zoco para no enloquecer”. En cuanto al término “autismo”, escribe: “Rutina palatina que pueden practicar algunos genios de la precisión en el corral de los hechos. Es una obsesión laberíntica repetida infinitamente. Proust hizo corazonear todo Combay desde una miaja de magdalena mojada en una taza de té. Espinosa construye la existencia y la esencia de todo un universo a partir de una “espiguita de trigo” (pág. 33)


Ricardo SENABRE

vendredi 3 août 2007

COMO UN PARAÍSO DE LOCOS


El Periódico
Julio 2007
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LA NOVELA DEL MES
El delirio de la razón pura
COMO UN PARAÍSO DE LOCOS
AUTOR Fernando Arrabal
EDITORIAL Bruguera
PÁGINAS 253 págs. PRECIO 15,50 €
SINOPSIS Un superdotado es calificado de loco por sus cuidadores.
Un libro genial de Fernando Arrabal (Melilla, 1932) es siempre una sacudida y comporta la obligación de juzgarla bajo un prisma distinto de lo habitual, con una mirada menos restrictiva, más liberada de prejuicios, un ejercicio no siempre posible aunque recomendable.
El paisaje donde discurre la novela Como un paraíso de locos, que según el autor está destinada a ser "la mejor del milenio", ya resulta especial. El protagonista es un superdotado, autista y virgen, que ha superado los 70 años y que vive feliz sin deseos de gloria ni de sexo, al que todos toman por loco y que mantiene muchos puntos de contacto con el mismo Arrabal. A su lado, Lilibeth, una muchacha de 15 años, hija de la Señora, que es la propietaria de todo, y el General, administrador de los bienes. A este cuadro hay que sumar dos compañeros virtuales del protagonista, Infinito y Cero.
Un escenario y unos personajes que en manos de Arrabal se convierten en un delirio constante cargado de pinceladas de corte surrealista. Y la locura, ese tema espinoso, complejo, difícil de afrontar y de abordar en literatura, aparece aquí rodeado de otros temas que mantienen viva la fascinación del autor: las vanguardias creativas y culturales, la ciencia, las matemáticas, la poesía, el juego y el arte hasta los acertijos, enigmas, trampas visuales y dibujos que salpican el libro.
Sin duda, y gracias a la división en capítulos muy, muy breves, lo cierto es que es un libro fácil de leer, pero aunque no se consiga llegar a penetrar por completo en el universo extraordinario de Arrabal, no hay duda de que su lectura representa todo un ejercicio de juegos sutiles, lazos invisibles y retos que el lector agradecerá.
JORDI CERVERA